sábado, 5 de septiembre de 2009

Los Fourinet, asesinos de vírgenes.

Los casos que vamos siguiendo en este blogparece que se produjeron hace varios años. Siglos incluso. Son cosas que parecen que ocurrían en otras épocas, en otros tiempos. Es difícil pensar que hoy sucedan estas cosas. Pero suceden. Hoy, y muy cerca de nosotros.

Concretamente, en la vecina Francia, y no hace demasiado tiempo. En 2004, por ejemplo.

Michel Fourinet, francés de nacimiento y residencia, acompañado de su pareja Monique Olivier, fue protagonista de un terrible suceso que tuvo como víctimas a nueve mujeres, con edades comprendidas entre 12 y 22 años. A todas ellas las sometió al mismo suplicio. Fueron violadas y asesinadas por este carpintero galo, siempre con la ayuda de su mujer, entre los años 1987 y 1991.

María Ascensión Quilombo, de 13 años, Elizabeth Brigett, de 12; Jenny Marie Desmarault, de 17 y otras que fueron descubriéndose a lo largo de la investigación fueron algunas de las víctimas de este hombre que contaba con 62 años cuando fue detenido.

Michelle Fourinet fue ya arrestado en Bélgica por secuestrar a una niña, y tenía antecedentes criminales por ello.

Pese a ello, estaba libre y campando a sus anchas por Francia, dando rienda suelta a sus más horribles instintos.

Nació en Sedán, el 4 de abril de 1942, y no hay ningún registro acerca de su infancia, por lo que no se puede comprobar si existían los antecedentes propios y comunes a la mayoría de estos individuos, y hay que remontarse hasta 1960 cuando fue detenido en Bélgica.

También tenía antecedentes por tráfico de armas, aunque cuando estuvo en prisión fue a causa del primer crimen. Estuvo en prisión dos años, y conoció allí a un conocido que cumplía condena junto a él. Una amistad que tendría su importancia en el futuro de este asesino. Entre los años 1996 y 2001 fue detenido en cuatro ocasiones, pero fue liberado por falta de pruebas.

Mientras estaba en prisión, encontró el amor en brazos de Monique, quien trabajaba como asistente social en la misma. Con ella, descubrió el paradero de la mujer de su compañero de celda y la asesinó para hacerse con la pequeña fortuna que el terrorista le había confesado que mantenía bajo custodia la mujer. Con ese dinero, se compró una propiedad en el campo, que incluía un castillo del siglo XVIII. La buena vida hizo acto de presencia en el día a día de la pareja y se sintieron poderosos y libres para hacer lo que quisieron.

Tuvieron un hijo durante esa época, y parecía que todo quedaba zanjado. Pero, por desgracia, no fue así.

Monique localizaba a niñas a las que poder trasladar a su vivienda. Se trataba de niñas con problemas, que habían reñido con sus familias o con sus parejas, y que se dejaban embaucar fácilmente por la terrible mujer.

Una vez en casa, Michel las violaba y las mataba sin piedad. Para él, no eran más que “membranas con patas”, poco más que un animal.

Joanna Parrish fue una de esas . Tenía 20 años en el momento de su desaparición. Los padres de la chica iniciaron una campaña para localizarla, y se habló de una conspiración con parte de los implicados situados en cargos importantes. Las pruebas eliminaron esa teoría, pero la verdad no fue menos dolorosa.

En el año 2004, Monique fue a una comisaría de la Policía. Allí denunció a su marido, del que dijo que había matado a varias mujeres. Al ser interrogado, Michel confesó la violación y asesinato de las nueve víctimas.

Pero la policía no creyó a Monique, quien se demostró que había delatado a su marido para evitar ir a la cárcel.

En el juicio, celebrado el mes de mayo de 2008, ambos fueron condenados a prisión. Él, el Ogro de Las Ardenas, a cadena perpetua, y ella, a 28 años. Michel declaró, tras la sentencia, que no iba a apelar y que iba a cumplirla.


1 comentario:

Pharpe dijo...

Terrible desde luego, aunque en los últimos años salen cada vez más casos similares, así que imaginemos los que podían ser en siglos atrás. Saludos