domingo, 17 de febrero de 2008

Elizabeth Bathory, la Condesa Sangrienta


Hay épocas en que la vida humana no ha valido mucho. Las costumbres de determinadas clases sociales, en algunos países han creado abismos entre ricos y pobres, entre poderosos y serviles. Unos, alimentados por su pretendida superioridad, han abusado de los segundos, privándoles de derechos e incluso, de su vida.
Pero incluso en esas épocas de desmanes, algunos nobles han cruzado líneas que incluso para sus respectivos cánones morales.
Uno fue Gilles de Rais, de cuyas acciones ya di buena cuenta en estas páginas, pero la Crónica Negra no estaría completa si no apareciera en ella Erzsebet Bathory, la Condesa Sangrienta.
Entre la leyenda y la historia, la vida y crímenes de Elizabeth Bathory han quedado grabados en fuego en las mentes de las gentes de Centroeuropa, donde unos la consideran un monstruo, y otros, una heroína nacional.
Nació en 1560, en el seno de la familia más poderosa de Hungría. Su primo fue Primer Ministro, y su tío, Rey de Polonia, por lo que su nivel social era el más elevado que existía en su época.
Como en tantas ocasiones, fue prometida a muy tierna edad, a los once años, a un importante caballero transilvano, el conde Nadasdy. Vivió durante unos años con la familia de este, antes de contraer matrimonio, y fue en esos años cuando se creó una fuerte enemistad con su suegra, a la que plantaba su apellido, de más ráncio abolengo, para enfurecerla.
A los quince años, contrajo nupcias con el joven, aunque mayor que ella noble, y se asentaron en el castillo que la familia tenía en Transilvania.
Su esposo era un poderoso guerrero, y con frecuencia partía a la batalla en cualquiera de los conflictos que asolaban la zona, dejando a la joven Elizabeth en la fortaleza.
Esta comenzó a rodearse de alquimistas, brujos y sabios, que le comenzaron a iniciar en sus artes y a contarle mitos y crear leyendas acerca de los poderes regeneradores de la sangre.
No le preocupaba esa cuestión por el momento, ya que era joven y hermosa.
En unos años llegaron cuatro hijos, que la mantuvieron ocupada durante años, hasta que, en 1604, la desgracia quiso que su esposo falleciera de repente, dejándola viuda, a cargo de una ingente cantidad de tierras y riquezas.
Su primer impulso tras la muerte de su marido fue expulsar a su suegra de sus tierras y castigar a todo su séquito, formado en su mayor parte por doncellas.
Así era la época, y así era Elizabeth.
La tristeza parece adueñarse de su alma, y es cuando comienzan a surgir en su mente las ideas que le han imbuido años y años de estudios sobre hechicería y brujería.
Alguien le había sugerido, en una de sus reuniones con estos sabios, que la sangre de doncella ralentizaba el paso de los años en la piel, y que hacía volver la lozanía perdida, pero no le había prestado atención a este tema, al menos, hasta ese momento.
Una de sus doncellas le estaba cepillando su largo cabello, cuando, sin pretenderlo, le causó un gran dolor al estirar el cepillo.
Sin dar tiempo a reaccionar a la joven, Elizabeth saltó, la empujó y le causó una herida en la cara. La sangre goteó sobre su mano, y a sus ojos, vio como la piel se estiraba y quedaba más tersa y suave que en el resto de su cuerpo.
Tenía 40 años entonces, y creyó haber encontrado la manera de ser guapa y joven de nuevo.
La joven doncella fue puesta en una celda, desangrada y el líquido vital vertido en una bañera, donde la condesa se lavó concienzudamente.
A partir de ese momento, la sangre se convirtió en una obsesión. Y la manera de conseguirla, como no, no era agradable para las donantes.
Envió a sus esbirros a secuestrar niñas y jóvenes, a las que engatusaba y engañaba. Otras veces, directamente las secuestraba a la fuerza, drogadas o a punta de cuchillo.
El final de las infelices era terrible.
En el sótano de su castillo, creó un complicado sistema de drenaje, en el que cada gota que caía de los cuerpos de sus víctimas era recogido y depositado en una bañera. Allí recibía a diario un tonificante baño de sangre, que, en su mente perturbada, le daba vigor y juventud.
Ideó también métodos para mantener a las niñas con vida durante días, provocándoles heridas que luego curaba y que más adelante volvía a abrir para no desperdiciar tan codiciado elemento.
En ocasiones, hacía que sus doncellas le lamiesen el cuerpo cubierto de la sangre de las desgraciadas, y si una de ellas hacía un gesto de asco o repugnancia, era sacrificada de manera cruel y sin piedad.
Si acometían su misión con deleite, eran recompensadas, aunque esto no garantizaba su supervivencia.
La posición de la condesa garantizó su inmunidad, pero finalmente, el emperador no pudo acallar por más tiempo el clamor popular y organizó una patrulla para investigar los hechos que atemorizaban la zona.
La tropa, comandada por György Thurzó, primo y enemigo de ella, encontró una escena dantesca en el castillo. En el gran salón hallaron el cuerpo sin vida y desangrado de una joven, además de otras dos, una de ellas con los últimos estertores y con sangre manando de una gran herida.
En los subterráneos hallaron a decenas de jóvenes encarceladas y torturadas, además de cientos de cuerpos enterrados. La locura había llegado a su fin.
Los secuaces de la condesa fueron ajusticiados, pero ella, siendo noble y poderosa, sufrió otro castigo. Durante cuatro años quedó emparedada en sus aposentos, hasta que, en 1614, con 54 años, decidió dejarse morir de inanición.
En total, casi 650 adolescentes murieron por obra de sus maquinaciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los invito a ver la Condesa Sangrienta de Alejandra Pizarnik, es un trabajo muy interesante en el cual venimos trabajando hace mas de un año......
Los esperamos!!!!!!



LA CONDESA SANGRIENTA

De Alejandra Pizarnik



Dirección y Puesta en escena: Natalia Gatabria



Funciones: domingos a las 21.00
Del Borde Espacio Teatral: Chile 630 – San Telmo -
Reservas: 4300-6201 www.delborde.com.ar
Localidades. $20 (descuentos estudiantes y jubilados $14)

Actúan: Camila Palacios y Valeria Castro

Cantante invitada: Myriam Henne-Adda (Música húngara en vivo)

La figura central es la Condesa Erzsébet Báthory, personaje histórico húngaro del siglo XVI, quién torturó y asesinó 650 muchachas.

Dijo la crítica:
Palacios y Castro son dos narradoras contemporáneas en busca de la atención de los espectadores. Con variados recursos logran su objetivo, sin por ello desmerecer o desviar la atención del texto que se hace carne en ellas. Audaces, llevan adelante esta recopilación de horrores, expresando en un contexto minimalista el sinfín de barroquismo sádico de la condesa húngara.
María Pilar González, www.enescenahoy.com.ar
http://www.enescenahoy.com.ar/obras/la_condesa_sangrienta/la_condesa_sangrienta.htm

…Está muy bien resuelta la relación de víctima- victimaria, con el uso de elementos que para la memoria argentina suelen ser traumáticos, como esas capuchas que sirven para ocultar identidades pero que también adquieren figuraciones recientes.
Hay muy buenos trabajos interpretativos en los que directora y actrices pueden pasar sin sobresaltos de la violencia al larvado erotismo y con una claridad de enunciación rescatable, ayudada por las pequeñas dimensiones de la sala.
Héctor Puyo, Télam
http://www.elcomercial.com.ar/db/noticias.asp?codigo=SIN215&hora=15:18


Diseño de luces: Víctor Carreira
Vestuario y escenografía: Cecilia Senno
Fotografía e imagen: Ezequiel Rivera (ezequielrivera.foto@hotmail.com)
Asistente de dirección: Verónica Alegre


Alejandra Pizarnik poeta fundamental de la literatura Argentina del siglo XX. Su fascinación por las palabras nos ofrece uno de los corpus literarios más admirables e inspirados de la literatura. A través de sus textos la poeta alucinada, dueña de una gran singularidad nos sumerge en las más bellas y perturbadoras imágenes.

'La condesa sangrienta' es unos de sus libros más importantes basado a su vez en la novela de Valentine Penrose, 'La Comtesse Sanglante'.

La figura central es la Condesa Erzsébet Báthory, personaje histórico húngaro del siglo XVI, quién torturó y asesinó 650 muchachas.

El libro puede definirse como una sucesión de cuadros, que van componiendo el retrato de la Condesa Báthory, como un ensayo sobre la crueldad y el erotismo, la trasgresión y la libertad absoluta. 'La condesa sangrienta' se inscribe directamente en la tradición literaria de Lautréamont y de Bataille.



Con el Auspicio de:

APOA (Asociación Poetas Argentinos)

SADE Sur Bonaerense (Sociedad Argentina de Escritores)

CENTRO CULTURAL ALEJANDRA PIZARNIK – Avellaneda

SEA (sociedad de escritores argentinos

Anónimo dijo...

Hay un artículo interesante sobre Elizabeth Bathory en http://webs.ono.com/maleficivm/bathory.html

Anónimo dijo...

Aquí hay una web dedicada íntegramente a la condesa Báthory, que habla del texto de Pizarnik. Hasta tiene foro:

http://www.geocities.com/lacondesabathory/