La Gran Depresión americana, la del año 1929, creó un gran malestar en la población de todo el mundo, e hizo que muchas personas tuvieran serios problemas mentales que les llevaron a realizar actos terribles. Pero no todo lo malo, lo cruel y lo terrible tiene su origen en el descalabro de la economía mundial. Habían personas que arrastraban sus problemas mentales desde mucho antes, y simplemente, todo explotó en ese momento concreto de la historia. Es el caso de los crímines cometidos por Earle Leonard Nelson, el asesino que recibó el nombre de "El Gorila Asesino".
Earle nació en 1897 el seno de una familia con problemas. Antes de que cumpliera dos años, antes de que cumpliera dos años, ambos progenitores habían fallecido a causa de la sífilis, una enfermedad que todavía se llevaba a mucha gente a la tumba. Se hizo cargo de él su abuela, una devota seguidora del rito Pentecostal, quien lo educó con las estrictas normas morales y religiosas de sus creencias.
A la edad de 10 años, sufrió un severo accidente. Su bicicleta colisionó contra un coche, y lo dejó en tierra, inconsciente. Durante seis días permaneció sin consciencia y al despertar, no lo hizo normalmente. Su cerebro había sufrido serios daños y al parecer, tuvo problemas con la memoria durante varios años. No sabemos si esto podría ser el desencadenante de todo lo que sucedió después, pero desde luego, a partir de ahí comenzaron los problemas. Quizás tuviera que ver con la adolescencia, pero se comenzaba a perfilar el retrato de un asesino en serie.
Mientras vivió con su abuela, su comportamiento fue muy problemático.
Se hizo famoso en su barrio por su mal comportamiento, por los pequeños robos y por otras faltas menores. El destino quiso que le sobreviniera una nueva desgracia. Murió su abuela, y tuvo que vivir con su tía Lillyan. La conviencia fue espantosa. Se comportaba groseramente y no supo integrarse en la familia.
Como resultado, se decantó una vez más por la vida criminal y fue detenido tras entrar a un apartamento que creía vacío. Era el año 1915, y dió con sus huesos en la cárcel. De ahí pasó a una institución mental, el Hospital Mental Estatal de Napa, de donde salió para alistarse en la Marina, para acudir a servir en la Gran Guerra. Pero en lugar de llegar al frente, fue internado en el hospital del cuerpo, ya que no estaba en condiciones de ir al conflicto. En 1919 se le expulsó del ejército, tras comprobar que no tenía las facultades mentales en condiciones para servir en el cuerpo.
Tras unos meses realizando trabajos de baja cualificación, encontró a una camera de 58 años de edad, de la que, aparentemente, se enamoró. Él tenía 22 años, pero esa diferencia de edad no impidió que comenzaran una convivencia. Pero ese amor no duró mucho, ya que ella comenzó a sufrir agresiones y a ser violada sin misericordia por él, incluso cuando estaba ingresada en un hospital convaleciente de una operación. Finalmente, lo abandonó e intentó rehacer su vida. Esta decisión, probablemente, le salvó la vida.
Un año después, Earle violó a una niña de 12 años. El padre de la niña lo contrató para realizar unas reformas en casa, y aprovechando la situación atacó a la pequeña. Fue detenido, y llevado hasta el Hospital Mental Estatal de Napa, de donde consiguió escapar hasta tres veces. En 1925 escapó por última vez y visitó a su tía Lillyan, quien por miedo le dio dinero y ropa.
Earl pasó desapercibido durante unos meses, pero su sed de sangre vuelve a actúar y vuelve a matar. Se trata de una señora que alquilaba una habitación, Clara Newman. Ella le invitó a pasar y le enseñó la habitación. Tras un momento de charla, la atacó y la estranguló. Después, mantuvo relaciones sexuales con su cadáver. Este fue el principio de una carrera en la que este tipo de actos fueron la marca que los medios comienzan a reconocer. En prensa comienzan a llamarle El Estrangulador Oscuro, pero pronto le rebautizan como El Gorila Asesino, porque varios testigos afirman que el aspecto del asesino es similar al de un gran simio.
Cometió varios asesinatos más, pero finalmente decidió abandonar Estados Unidos y dirigirse a Canadá, donde buscó hospedaje en una casa. Tras varios días allí, violó y asesinó a Lola Cowan, una niña de 14 años que vendía flores para ayudar a su familia y al ama de casa Emily Paterson, a la que escondió bajo la cama del dormitorio de la infortunada, donde la encontró su marido. Fue detenido bajo el pseudónimo de Virgil Wilson, pero consiguió escapar.
Su error fue huir en un tren. En ese vagón donde se disponía a viajar se encontró con varios miembros de la policía de la ciudad, quienes lo reconocieron y detuvieron. Fue identificado con su nombre real y el juicio comenzó el 1 de noviembre de 1927, y alegó demencia para salvarse de la condena.
La tía Lillyan intentó ayudarle, e incluso se reunió con las familias de sus víctimas, a quien pidió perdón y suplicó que tuvieran en cuenta que no estaba bien mentalmente. De los dos asesinatos de los que se le culpaban, los investigadores pasaron a más de 22 víctimas. La terrible carrera del asesino surgió a la luz y no se le tardó en relacionar con El Gorila Asesino y se le condenó a muerte. La pena se cumplió el 13 de enero de 1927, cuando el reo llegó hasta la horca.
Fuente: Wikipedia/Testigos del Crimen